Esta es la segunda parte de El síndrome del perro que se orina. Parte I. Orinar por sumisión es un comportamiento involuntario que no puedes corregir poniéndote enojado. Para resolver el problema es preciso que controles cualquier muestra de emoción.
Antes de tratar de solucionar el problema, analízalo. ¿Cuándo ocurre?
- ¿Cuando llegas a casa?
- ¿Cuando tú u otras personas miran al perro?
- ¿Cuando te muestras bravo con el perro o lo regañas?
- ¿Cuando te agachas para acercarte a él o cuando tratas de levantarlo?
- ¿Cuando el perro conoce gente nueva o entra en lugares desconocidos para él?
Una vez que identifiques las situaciones que causan que tu perro se orine, puedes solucionar el problema en unas semanas, dependiendo de tu habilidad, coherencia y la gravedad de la situación.
¿Qué hacer para que el perro no orine en situaciones de estrés?
Dado que orinar por sumisión se produce, de manera predecible, cuando tu perro saluda a una persona cuyo tono de voz o estatura transmiten autoridad, puedes predecir de manera fácil en qué momento ocurrirá esto. Cuando interactúes con estas personas, que para el perro parecen figuras de autoridad, cuéntales los esfuerzos que has hecho por corregir la situación y pídeles que ignoren al perro por completo o hasta que este se les acerque. También puedes ofrecerle a la persona una taza llena de golosinas para el momento en que se aproxime a tu perro.
La buena noticia es que un perro joven normalmente supera este problema a medida que madura y puede predecir sus interacciones con los demás.
Fuente: Entiende a tu perro
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