Retrocede a los tiempos ancestrales y rápidamente te darás cuenta de que los ladridos de los perros eran una de las ventajas principales del vínculo entre el hombre y los canes. Siendo vocalmente una mejor alerta que la de los lobos, que aúllan de noche, el ladrido del perro se presentaba como una advertencia para nuestros ancestros primitivos.
Los perros ladran para defender su territorio, por lo que es bastante natural que un perro ladre más cuando está en casa que cuando está afuera. Es importante entender qué le genera esta reacción y qué está tratando de decirte.
Los ladridos son un sonido de alarma. Con ello, el perro no está emitiendo ninguna amenaza de agresión, a menos de que los ladridos estén mezclados con gruñidos.
El ladrido que se escucha de manera más común en la casa involucra una serie de dos a cuatros ladridos con pausas entre cada serie. Suenan algo así como "guau-guau... guau-guau-guau... guau-guau". Puedes traducir esta alarma clásica como "Llama a la manada. Algo está pasando y debemos investigarlo". Indica que el perro percibe que algo está pasando alrededor de la casa o afuera y está tratando de llamar la atención de su manada y del líder de ésta. El problema que la mayoría de gente no puede reconocer lo que el perro está tratando de decir ni que él necesita una respuesta.
La forma apropiada de parar los ladridos es reconocer que son realmente una señal con un significado especial. Una respuesta más apropiada que "cállate", es mirar por la ventana o fijarte en la puerta y, calmadamente, decirle "bien por cuidarnos". Acarícialo y llámalo desde donde estés. Él interpretará esta secuencia como "Le pedí al líder de mi manada que se fijara en lo que está pasando y mi líder no ve ningún problema. Por lo tanto, no necesito seguir ladrando". Eventualmente, la frase "bien por cuidarnos" lo silenciará y lo hará venir a tu lado.
Fuente: Entiende a tu perro
Continúa en Como silenciar los ladridos excesivos. Parte II
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